Cuando tenía 14 años, Andrés Cantó hizo una rabieta a su mamá al pedirle que se cambiara de ropa, por lo que el entonces menor, salió de su casa y en un palmo de terreno empezó a cavar un hueco, con el paso del tiempo, este increíblemente se volvió su hogar.
Ahora con 20 años, el joven originario de Alicante, España, fue estructurando su pequeño escondite hasta convertirlo en algo muy elaborado, una cueva con pasillo de escaleras, una sala y una habitación con cama, además de unos asientos extra para visitas.
Fascinado con la tradición de algunos de sus vecinos, pues dice que “en el campo donde vivo todas las personas mayores tienen cuevas”, comenzó a cavar “con nada más que un cincel y un martillo”.
Así fue hasta 2018, cuando conoció a su mejor amigo, Andreu Palomero.
Cuando tenía 14 años, Andrés Cantó hizo una rabieta a su mamá al pedirle que se cambiara de ropa, por lo que el entonces menor, salió de su casa y en un palmo de terreno empezó a cavar un hueco, con el paso del tiempo, este increíblemente se volvió su hogar.
Ahora con 20 años, el joven originario de Alicante, España, fue estructurando su pequeño escondite hasta convertirlo en algo muy elaborado, una cueva con pasillo de escaleras, una sala y una habitación con cama, además de unos asientos extra para visitas.
Fascinado con la tradición de algunos de sus vecinos, pues dice que “en el campo donde vivo todas las personas mayores tienen cuevas”, comenzó a cavar “con nada más que un cincel y un martillo”.
Así fue hasta 2018, cuando conoció a su mejor amigo, Andreu Palomero.
