Derivado de este hecho delictivo, la familia propietaria de la gatita “Ginny” decidió exigir justicia por este terrible maltrato animal e interpusieron denuncias ante las autoridades de protección animal y la Fiscalía General de Justicia de Zacatecas para que se investigue y se castigue a los responsables.
Especialistas en psicología, criminalística y criminología advierten que este hecho es gravísimo y es una llamada de atención para todos en conjunto: autoridades, sociedad y familia, porque la reproducción de estos antivalores que dan orígenes a estos fenómenos criminógenos inspirados en la violencia extrema y de infundir el miedo, solo constata la gran descomposición del tejido social y la narcocultura se ha introyectado a la niñez en los más de 15 años de guerra contra el crimen organizado.
El hallazgo de “Ginny” Eran las 19:30 horas del martes pasado cuando Guadalupe Ortega Neri, de 51 años de edad, llegó a su casa en la cuarta sección de la colonia Colinas del Padre, al acercarse a la puerta vio una bolsa y pensó que alguien le había dejado basura, por ello, la abrió con cuidado, pero al ver las patitas y la cola de un gato gritó y ya no quiso ver más.
Su hija Mariana corrió a ver qué ocurría, ya que su madre entró desesperadamente a ver si estaban en casa sus cinco gatos. Al escuchar a uno de ellos maullar afuera, nuevamente abrieron la puerta para meterlo, pero en ese momento se percataron que en la puerta había una hoja con un mensaje escrito por los niños agresores que decía: “Tenga su gata” junto con otras palabras y figuras obscenas en contra de Guadalupe.
En ese momento recordó que días antes ya había visto que ese grupo de niños, que oscilan entre 10 y 14 años, intentaron atropellar a sus gatos, incluso, menciona que hace siete meses se le perdió un gatito negro y ahora teme que también lo hayan asesinado. Tras el hecho decidió llamar al 911 y a la Policía Ambiental de Zacatecas.
Los elementos fueron quienes sacaron de la bolsa el cuerpo de “Ginny”, le dijeron que tenía un mecate atado al cuello con un tronco y se presumía que fue arrastrado hasta destrozar su cuerpo, por ende, se lo llevaron al Centro de Control Canino para realizarle la autopsia e iniciar con las investigaciones correspondientes.
A la par, Guadalupe acudió a interponer la denuncia ante la Fiscalía, primero, dice, “por hacer justicia a mi Ginny”, pero también para hacer conciencia en los menores y en los padres de estos; además refiere que el escrito no deja de ser una amenaza y teme por sus demás gatos, incluso, por la integridad de su familia al mencionar que en la colonia refieren que a ese grupo de niños les gusta infundir el temor en los demás menores.