Los últimos meses habían sido difíciles para Don Mateo. Ya que sentía que su esposa, Marcelina, se estaba distanciando de él. Las muestras de cariño se volvieron nulas, y los gestos de afecto se desvanecieron lentamente. Mateo trató de ignorar las sospechas que rondaban en su mente, pero los comentarios de vecinos y amigos sobre las actividades nocturnas de Marcelina cuando el se iba a trabajar solo avivaron su inquietud.
La mañana del trágico suceso, Mateo quien ya había estado pensando en descubrir la infidelidad de su mujer se armó de valor y confrontar a su esposa y su amante; Salio más temprano de lo habitual de su trabajo para atraparlos en el acto.
Cuando finalmente llegó a su humilde hogar los encontró juntos en la cama, la ira y el dolor se apoderaron de él. Sin pensar en las consecuencias, descargó su furia con un machete, sin dejar espacio para la razón o la cordura. Los gritos de dolor y terror llenaron la habitación y sangre se rego en el suelo.
Pero la satisfacción de venganza pronto se desvaneció en un mar de desesperación. Mateo ya más calmado se dio cuenta de que había perdido más que la vida de su rival. Había perdido su propia alma en el proceso. Con el peso de la culpa y el remordimiento aplastándolo, se quitó la vida.
Al lugar de los hechos acudieron las autoridades locales quienes brindaron atención médica al amante de Marcelina quien aún sigue con vida, y fue trasladado al hospital más cercano donde su estado de salud se reporta grave.
La vida de Mateo terminó con un honor manchado, mientras que Marcelina quedó sola para enfrentar las consecuencias de sus acciones. #Tabasco